El agua bendita es, definida con sencillez, agua que ha recibido la bendición de un sacerdote, santo, mago, etc. Se usa para bendecir objetos o personas indistintamente. El agua bendita tiene la facultad de atraer la gracia sobre si misma. Es también un signo de limpieza espiritual y una forma de renovar las promesas de la fe. Tiene así mismo un poder eficaz par alejar seres sobrenaturales como espíritus malignos, no.muertos o fantasmas.
En el catolicismo existen tres tipos de agua bendita: la bautismal, la cual es bendecida en la Vigilia Pascual y se utiliza para el sacramento del bautismo; la gregoriana, junto a la que participan la sal, la Sangre de Cristo (esto es, el vino sacramentado) y la ceniza, la cual es empleada en la dedicación a las iglesias y consagración del altar; y la común, bendecida con una oración mucho más sencilla y apta para la mayoría de consagraciones, bendiciones y exorcismos.
El agua bendita de uso más extendido es la común, que es la que podemos encontrar en una pila a la entrada de las iglesias. La forma más común para bendecir a alguien (o a si mismo) con el agua bendita es hacer la señal de la cruz después de haber mojado levemente la punta de los dedos con ella. Se puede beber perfectamente y asperjar la casa o cualquier recinto con ella, siempre que se lleve a cabo con el debido respeto. La aspersión de agua bendita es un procedimiento clásico de purificación. Hacer agua bendita tiene el propósito de dispersar la energía negativa e inerte de forma activa. Eso significa que el agua bendita debe poseer un dinamismo purificador inherente.
El agua, en distintas religiones, está relacionada directamente con la salvación, la purificación y el tránsito a la otra vida.