| Yazid Magrib | |
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| Datos Personales | |
| Nombre | Yazid Magrib |
| Alias | |
| Sexo | Hombre |
| Edad | 18 años |
| Nacionalidad | Somalí |
| Ocupación | Inmigrante |
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Poderes / Habilidades |
Empatía [5] |
Biografía[]
Familia[]
- Madre: Jasmina, humana, ama de casa y cariñosa madre.
- Padre: Abú, humano, cazador y ganadero.
- Hermano menor: Salam, humano.
- Hermana difunta tras un largo parto y sin nombre.
Pertenencias[]
Ninguna
Historia[]
La historia de Yazid no se diferencia demasiado de la de los miles de inmigrantes que son tratados como mercancía y mano de obra barata alrededor del mundo tras la falsa promesa de una tierra llena de trabajo donde labrarse un futuro que le permita escapar de la miseria, cuando no, de una muerte prematura. Junto con treinta inmigrantes más Yazid embarcó en el norte de África con la esperanza de encontrar un trabajo con el que ayudar a subsistir a su familia. Como todos, engañado por la mafia, en lugar de una oportunidad para labrarse una vida digna, él y los veinticinco supervivientes de la odisea se encontraron un cruel Estados Unidos que los recibió como una bestia de fauces hambrientas. Pasó meses obligado a traficar con drogas para poder continuar vivo y pagar la inmensa deuda contraída.
En esos tiempos fue cuando Yazid descubrió lo que significaba el engaño y la crueldad humana. Sobre sucios colchones y arropados por cartones comían y dormían, no tenían ni identidad ni otro lugar al que ir. Las amenazas de muerte, cárcel o repatriación eran la única respuesta a sus quejas. Para Yazid la situación era incomprensible, ¿cómo podía un ser humano ser ilegal, porqué tenían que vivir como esclavos? La noche en que se produjo su despertar como mutante se encontraba junto a sus compañeros en el piso patera en el que vivían apilados como desechos. El joven que estaba a su lado estaba enfermo y la mayoría creía que debido al frío, iba a sucumbir aquella noche. Cuando Yazid fue testigo de su muerte, el desespero se hizo dueño de él. No quería aceptar que seguramente ese era el final que les esperaba a muchos de ellos.
En un arrebato histérico, golpeó el cuerpo del recién fallecido una y otra vez, enfurecido; y entonces sintió como si una venda cayera de sus ojos, mostrándole por vez primera el mundo real. Pudo sentir la profunda tristeza y la indefensión de sus compañeros frente a la más completa indiferencia de los hombres que los había conducido hasta esa situación. Quizás, por primera vez en su vida, Yazid sintió verdadero odio. Odio hacia aquellos hombres, odio por la situación en la que se encontraban y desesperación.
Cuando a la noche siguiente volvieron a salir para mover la mercancía, Yazid desapareció para no regresar nunca más. Su fuga no fue fácil pero la convicción de que si seguía allí moriría irremediablemente o le pasarían cosas peores, le dio todo la fuerza suficiente para escapar a sabiendas que el resto de sus compañeros recibirían un duro escarmiento por su culpa.
Aquella habilidad para conocer los sentimientos de la gente cercana le sirvió para sobrevivir pidiendo limosna y ocultarse de la gente que lo odiaba. Del mismo modo consiguió un par de trabajos para subsistir, aunque no consiguió regularizar su situación y en más de una ocasión la policía estuvo a punto de cogerlo y mandarlo de nuevo a Somalia. No llegaba a comprender como reflejaba los sentimientos de los demás, supuso que quizás se trataba de un don concedido por algún dios para poder escapar de sus dueños, aunque la respuesta no lo dejaba ni tranquilo ni satisfecho. Se mantuvo lejos de las grandes ciudades en las que la rabia, el miedo y la ansiedad turbaban a sus habitantes y casi volvían loco al joven Yazid. Tuvo que pasar algún tiempo para que se considerara a sí mismo como mutante, ya que, había oído leyendas urbanas de ellos pero no sabía exactamente en que se diferenciaban del resto del mundo. Cuando comprendió que se trataba de personas capaces de cosas que nadie más podía hacer, supuso que él era uno de ellos. Trató de buscarlos con la esperanza de que le ayudaran a calmar las emociones que invadían su mente y su corazón constantemente, pero no tuvo éxito.
Descripciones[]
Descripción Física[]
es un chico subsahariano con los rasgos propios de su etnia, piel oscura, labios carnosos, nariz ancha, ojos marrones, palmas de manos y pies claras, pelo negro muy corto y rizado… mide 1,70 y a pesar de estar bastante delgado, su cuerpo está bien trabajado. En su brazo tiene un tatuaje reciente. Su voz sigue teniendo un fuerte acento cuando habla.
Descripción Psicológica[]
es un chico muy cariñoso, amable y bastante considerado con los demás. Ya era una persona muy sensible antes de descubrir su habilidad empática. A pesar de todas las penurias sufridas, suele mostrarse feliz y contento ya que acostumbra a ver el lado alegre de la vida. Tiene profundas creencias espirituales, más cercanas al animismo que al Islam, aunque conserva algunas de las tradiciones de esa religión y de su pueblo por respeto y convicción en sus valores. Desde que llegó a Europa se convirtió en un amante del arte en sus distintas facetas; adora la pintura, la poesía, la fotografía, el teatro, la escultura, el cine y distintos tipo de música. Algún día le agradaría ser artista.
Aspiraciones en la vida[]
Su mayor preocupación es el bienestar de su familia a la que siempre que puede, envía dinero.